EN TIEMPO DE LA GERONTOCRACIA

Es increíble como afloran los gerontes como si fueran tiernos retoños, impuestos tal vez por el presidente setentón, de Estados Unidos expandiendo en la Argentina el modelo de dirigente en la tierna vejez, de la misma formas que apoyó como jefa de la oposición en la Cámara de Representantes a Nancy, refulgente apergaminada dirigente de 78 años de edad,  que si se consolida como resistente al actual poder surja catapultada como candidata para disputar la presidencia con Donald.

Otros candidatos dentro del partido Demócrata, tampoco son menores, Biden, Sander y Hillary,  sumadas sus edades pasan cómodo los doscientos años, felizmente pareciera deberán competir con dulces, bellas y juveniles aspirantes femeninas que se aprontan para mostrarse en ropas de baño en las playas y dar batalla y los que votan son jóvenes, lo que constituye un verdadero galimatías, que tal vez lo pueda resolver un rabdomante del futuro como es Boyajian.

El abuelastro al poder, la experiencia enfrenta a la insolencia del que quiere aprender en la función,  los que ya saben no se piensan ir, y los que saben quieren además venir, abuelos al poder tanto allá como acullá, Mirta, Su y Moria nuestras tres estrellas del espectáculo sumadas sus edades rondan los dos siglos y medio, otros dos siglos y medio entre el nuevo director general de fútbol de Afa, el presidente de Independiente y el presidente de River.





El joven construye para sus hijos y algo para si mismo, no se cual es el horizonte en expectativa del grande como se nombra con eufemismo en la Argentina al que el vulgo le dice viejo choto,  es lo que  mueve al presente análisis cuando me encuentro inmerso como orgulloso integrante de la población septuagenaria, como algunos de los candidatos que se van alineando en el punto de partida para la disputa  presidencial.

Por mi parte en calidad de viejo, me permito, con tarea silenciosa y reservada,  hacer llegar a los grandes del orbe asesoramientos muchos de los cuales son aceptados y puestos en práctica, que no se publicita sino que se guardas y goza en secreto.

El diablo ayuda a los viejos por su propia experiencia que sabe mas por viejo que por diablo, a esa población distante del polvo blanco y de la yerba, amigo del buen comer, acompañado de su vinito, que mantienen sus neuronas sanas, lo espera el futuro orgánico y debe esperar para el otro gaseoso, no tendrán tiempo para pagar después porque pagaron antes y el bastón presidencia no será para lucir sino para apoyarse.

Por eso les digo a los jóvenes abstenerse, estudiar, trabajar y rezar, les llegara su oportunidad cuando sean viejos que no es cosa fácil, deberán sortear innumerables adversidades, soportar un sin fin pavadas mas propias que ajenas, lidiar cotidianamente con la parca esquivando el hachazo, y soportar el recuerdo.