Hoy tenemos un cielo despejado con algunos cirros plumíferos, sereno como tradicionalmente se presenta en navidad, cuando la la población ha dormido tarde y algo alcoholizada, siempre me levanto para ver el cielo, que me ha regalado algunas curiosas sorpresas.
Noche silenciosa ante la prohibición de utilizar pirotecnia y explosivos, unos pocos remanentes del año anterior se escucharon a la medianoche.
La temperatura de verano invita a la cena larga de nochebuena, y la población espera el nuevo día, tal como hace en noche vieja, atrapados por Baco (Dioniso griego), me animo a considerar que ambas celebraciones son en su beneficio y por el mismo administradas, transformando en pantagruélicas cenas el recuerdo del nacimiento de un pobre entre animales en un pesebre.
Aunque parece contradictorio Martin Hengel argumentó que la religión dionisíaca y el cristianismo son significativamente paralelos.
El investigador moderno Barry Powell cree que las nociones cristianas de comer y beber la «carne» y la «sangre» de Jesús fueron influidas por el culto a Dioniso.

Desde hace años con Elsa hemos elegido la frugalidad, medidos, sin ser abstemios, por eso en esta mañana puedo redactar el presente post.
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