LA FALDA CON TRAJE DE LUCES

Mire las sierras, las verá no se si como alguna vez con anterioridad lucieran así, tan verdes y con las plantas así de crecidas, no me refiero a los arboles que ya hace tiempo se perdieron con los tantos incendios.



Da gusto ver correr los arroyos con tan abundante agua, o tempore o mores, me retrae a mi infancia y luchar con los caracoles que nos devoran los tomates recién pintones.

Mi padre cuando llegó al entonces pueblo, tenía 16 años, dice que  al atravesar la zona de sierras quedó extasiado y durante toda su vida de permanencia se sentaba por horas  a contemplar las montañas.

Cuando me devolvieron a La Falda desde Buenos Aires donde vivía, me prometieron que podría llegar a saber lo del orbe entero, todavía no estaba extendida internet, hace 30 años atrás, y cuando señale la falta de agua en la región eso también cambiará me dijeron, ahora a estudiar, trabajo nada, ocio creativo,  quien, como, cuando lo mantengo en reserva, así como otros anuncios de mayor alcance.

El pronóstico se cumple, treinta años de estudio están dando resultado, los primeros diez fueron de carencias, sólo sobraba para comprar libros, que vinieron acompañados con unas ediciones inéditas de los clásicos, tiempo para estudiar y departir con el Dr. Juan Mereb en las mesas del desaparecido Bon Con con los mismos sillones que le compré a Bonelli donde ahora me encuentro sentado escribiendo esta nota.



Asumí el riesgo de la lectura, conocía lo que Cervantes señalara en El Quijote que de tanto leer, poco dormir y poco comer  Quijano perdió el seso y Henrik el Príncipe consorte de Dinamarca, dije yo,  de tanto comer y poco leer también lo perdió.

Sorprende la cantidad de confiterías inauguradas, seguramente debe haber mas que en la ciudad de Carlos Paz, también son numerosos los salones nuevos, todavía vacíos, si están en relación con la cantidad de lluvia caída, también se ocuparan, pero lo importante es mantener la calidad de vida, nunca perder ese objetivo, crear una red de internet en toda la ciudad y controlar los escapes de los vehículos que no excedan en sonido lo soportable.