La tríada había empezado a sentir olor a azufre, aunque no sabían que era el hedor de los diablos, apercibidos los cuales cuando pasaban por la Laguna de los Patos se dieron un chapuzón para mitigarlo, eran llamas que podían nadar en aguas frías sin generar chirrido.
Al pasar frente al hotel Edén, tres blancos fantasmas se sumaron a la comitiva, y eran nueve, que se detuvieron frente al museo Ambato, para cuyos aéreos habitantes que vinieron acompañando los trastos arqueológicos ya no había espacio, la Enéada ya estaba conformada.
Unos reptando, otros volando y otros rotando la enéada se fue para el centro de la ciudad, pararon a tomar un café en la confitería Marco Polo, que los inspiró proyectaran que antes de presentarse ante la sociedad debían adquirir experiencia internacional e igual que Polo cruzar el charco y visitar las principales ciudades del mundo.
Resolver los recursos económicos para el viaje fue pedir un préstamo bancario, ahora que estaban en lo que fue la sede del banco Bisel, hizo que los volátiles negociaran con los otros, e inmediatamente acordaran se les otorgaría un crédito a sola firma de Charlatan De Dorapa y los diez hijos, que presentó entre sollozos Galope Llorón inducido por los flotantes pero creyendo que era una idea genial que naturalmente se le había ocurrido.
El pedido lo hicieron en el Banco Credicoop, recién instalado, conforme vieron como uno de sus agentes caminaba por la Av, Eden promoviendo créditos como los mas baratos de Plaza, por lo que fueron recibidos con júbilo puesto que merced a la familia numerosa de Parado, el banco tendría gran difusión en la ciudad, al darle crédito hasta a los mas insolventes.
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