Durante el mes de abril publicare los diez primeros capitulos de mi nuevo libro.
1.- Hace tiempo y en fecha imprecisa, en una región del valle que no puedo precisar se imploró a los sempiternos ungiera dioses que se encarguen de interferir a los vivos y de disciplinar los muertos, en la ciudad de La Falda.
Sin hacerse esperar, tal vez antes del pedido, como si obedecieran a una decisión ya tomada, llegó la propuesta que unge a cuatro miembros de la comunidad para conformar la Corte.
Personas de enraizada prosapia antes incapaces de volar que reptar, El Negro Cavilante, que sólo hablaba con metáforas, Don Galope Llorón que se expresaba siempre entre lágrimas, Don Hambriento Pío, que se ufanaba de comer el pan estando tan duro que hasta la aves la rechazaban y
Don Charlatan De Dorapa, por ser hombre de extendida y matizada familia tendiente al tono oscuro y pordiosero a destajo.
Celebraron el encuentro debajo del COCO el árbol que por su forma diera el nombre al monte Dragón, con la peregrina esperanza que se convirtiera en un símbolo del pueblo de La Falda, como es el roble de Guernica, debajo del cual Fernando el Católico juró los fueros de Vizcaya y que hoy reverencia todo el pueblo vasco.
Reunido el cuarteto, e inspirados en la dinamita gigante que le proveyera Cocote, rezago de la que se utilizaba en la explotación de las canteras de granito, para ser utilizado como manípulo, compuesto por tres elementos Tolueno, ácido nítrico y ácido sulfúrico, decidieron conformar como la dinamita y el granito, una trinidad como desde antiguo se organizaban los dioses, pero contados vieron que sobraba uno.
Pasados a votar a quien le correspondería retirarse, se resolvió por unanimidad la expulsión de Hambriento Pío, con el voto suyo propio que por error señaló fruto del apetito incontrolable que padecía a ese término, e inmediatamente le invitaron a partir, que aceptó gustoso dado que de continuar en la reunión nada habría para comer.
Así quedo creada la trinidad serrana, realizadas las libaciones de rigor con mate cocido y peperina, se consagró como ónfalo el asiento de la triada de dioses inferiores del orden de los insidiosos y odiosos y pordioseros.
Dejaron para una próxima oportunidad fundar la academia de ciencia con disciplinas a determinar para no caer en repeticiones con las ya existentes que el creador de la dinamita había establecido y reptando bajaron la ladera hacia zona mas habitada y así mezclados poder captar las dichas y desdichas de la comunidad serrana y sin querer o queriendo agudizar sus penas.
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