Hijo de padres menonitas, que tenían el hábito de la devocional diaria de la biblia, ya aprendidos de memoria algunos salmos, varios textos, el nombre de los 66 libros de la biblia y completada la lectura de la totalidad obligatoria, hoy después del café post desayuno, me sumerjo en la lectura, en ediciones literarias en papel, de un pasaje de historia de la humanidad.
Me guía el principio -si quieres conocer el futuro antes estudia la historia- y cada día es de enriquecimiento, porque la historia es a la vez , almacén y fuente del saber. En ella confluyen todas las ramas del conocimiento y de la creatividad humana
En estos momentos me encuentro en la América precolombina, que ya es segunda lectura, pueblos belicosos, militaristas, religiosos, sanguinarios, monárquicos, jerárquicos, asentados en el pater familie, sádicos y con una mitología de contenido tan acabado que en parte supera a las mas profundas del viejo mundo.
El enfoque es común para las tres grandes imperios, el Azteca, el Inca y el Maya, respecto de estos últimos, recientes descubrimientos los colocan en la misma jerarquía, salvando su condición de científicos y astrónomos, pero drogadictos viciosos reservado para las clases superiores, que tal entiendo fue la causa de su desaparición.
Tal vez los Aimara fueran diferentes.
No creo que hayan muerto, están, no se cuanto inciden o incidirán en el destino de las naciones, porque nada se pierde todo se transforma, ergo los que permanecen en mi región son otros, barbados llamados Comechingones, no tan desarrollados que aquí estuvieron asentados.
Lo tenía escrito desde hace algunos días y mientras espero reponerme de la quebradura de una falange del meñique que llevará algunos días adicionales por la fuerte compresión sufrida por los tejidos, lo entrego para su lectura e información del tío pelado, otro menonita, que transita entre indígenas y que está "lenteja" con sus partes informativos.
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