De repente el estruendo, salimos a mirar y un pequeño rodado de distraido conductor joven, se abrazó con la columna de tendido eléctrico de media tensión, sin daños personales el auto bastante deteriorado.
Quince minutos después otra explosión, ahora en el tendido de la red, se cortó un cable de alumbrado, que generó el cortocircuito. Sin luz hasta que Epec de encargo de solucionarlo, como siempre con eficiencia y perfección.
Por la noche ya no teníamos iluminación callejera, que corresponde a la Municipalidad, la oscuridad permitió que se encendiera el cielo, la Luna se encargó de reemplazar las luminarias.
Atención, Con los pies en la tierra y la mirada en el cielo, que el cielo tiene que decirnos, tanto de día
como de noche y lo estamos perdiendo.
He conocido a personas en la ciudad de Buenos Aires, que temen a los espacios abiertos fuera de las ciudades durante la noches, por eso elijen a la ciudad e Mar del Plata para sus vacaciones.
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