MIÉRCOLES, FEBRERO 04, 2015
LA TIERRA GLOBO GLOBALIZADO
La historia de la humanidad responde a un juego de la vida y de la muerte, de memoria y olvido, los hechos se esconden por si o por otros casi en simultáneo con el acontecimiento, y los pocos testigos se lo llevan con su vida.
El recuerdo de los antecedentes familiares está en relación directa con el nivel social del consultado, y los de clases mas bajas desconocen sus abuelos, cuando apenas conocen a sus padres, pero lo mismo es aplicable a las sociedades.
Se accede por aproximación a la historia no sólo la grande y universal sino la cercana, la inmediata y hasta la propia, felizmente rescatada por esforzados historiadores que colectan hechos y dichos a partir de los cuales sentencian, lo que permite acercar el conocimiento a través de la lectura indirecta de sus fallos.
Algunos países casi carecen de historia, no se si es bueno o malo, porque cuando falta permite entroncarse mas fácilmente con la historia universal apartado de la pequeña vernácula, pero cuando abunda sirve para generar el nacionalismo, uno de los males que corroe algunas sociedades, restándose espacio en el mundo globalizado.
Mundo cuyo orden depende de una única dirección, decir otra cosa es una osadía, salvo que se busque llevar a los países al enfrentamiento bélico, ergo, calladitos alinearse como corresponde.
EL SER ARGENTINO
Hace tiempo escribí esta nota, ahora al regreso de un viaje a Europa, donde me sentí distinguido por todos aquellos a los que que les anunciaba mi nacionalidad, salvo los españoles empleados de Aerolíneas Argentina, me permito editarla.
No creo exista en otra nación el orgullo de nacionalidad que tiene el argentino, no es patrioterismo, no, el argentino no es nacionalista, reconoce en sus antecedentes aportes de muchas nacionalidades que se lo impiden, tampoco tiene gran amor hacia su país, ni a sus símbolos, diría que el ser argentino es un orgullo, más diría es el orgullo de ser un argentino orgulloso, es como la soberbia de la autosuficiencia, porque el argentino critica el orgullo que padece y admira y lo adopta como ser nacional.
El ser argentino es una construcción ideal, es un supra ser, orgulloso, desprendido, bondadoso, agrandado que quisiera poder hablar con cada extranjero en su propio idioma, de vestir las prendas más especiales, débil ante el lujo, conocedor de las primeras marcas, exquisito, un ciudadano del mundo.
En algo más de un siglo se formó a partir de unos pocos habitantes la nación argentina, que a fines del siglo veinte en un acto de desprendimiento supremo se permitió desperdigar por todo el mundo, ese argentino, de apenas una generación buscó nuevo rumbo y residencia, generalmente desandando la ruta de sus ancestros, pero con la curiosidad de que aquel que exhibía en la argentina sus antecedentes raciales foráneos, ahora radicado en la patria de antepasados proclama y publica con orgullo su origen argentino.
Dictadura del proletariado, se propuso alguna vez, pero nunca, dictadura de los grasas, de la masa media, que adolecen de la facultad de elevarse mínimamente hacia objetivos superiores, los vulgares que se visten de costosas firmas y no dejan de lucir como minúsculos, inferiores, formados con el alimento del resentimiento, por carencias intelectuales que en sus años jóvenes, los llevaron a rebelarse contra el sistema y que curiosamente intentan reeditar como copia fiel del mismo.
Gobernantes, que en general carecen de las calidades propias del modelo del ser argentino, por lo que se los considera impuros y si bien nunca se los acepta se los soporta por inevitable.
Sus limitaciones intelectuales y/o sociales y/o humanas, no son propias, otros son responsables, todos los demás son los culpables y por tanto deudores, que no podrán pagar nunca su deuda que le alcanza por el solo hecho de pertenecer a un país en el que se ha entronizados el ridículo.
Exhiben su parloteo en cadena, en horarios centrales de forma tal de sorprender a los televidentes, y así soporten sus muecas con forma de cara, como una condena a todo habitante sorprendido mientras sigue algún programa favorito durante y durante el abusivo tiempo que lleva el apagado del aparato.
Voz, caras, gestos y argumentos, todo es menor, repulsivo y revulsivo, una corte de ridículos, con labios pilosos o sin ellos, pelos y mas pelos, extendidos hasta ridículo en unos y en otras, se proclaman salvadores.
Constituyen el horror de los carentes de toda virtud, nacidos para perseguir, con todo el aparato del poder, no cesan de denunciar su carácter de víctimas y sentirse perseguidos. Es el mundo del revés en el que el orgullo de ser argentino se siente pisoteado por una realidad que los envilece que se permiten mostrar al mundo como son sus personas subalternas.
LA RAZA ARGENTINA de publicación reciente
Rusia vuelve sobre su territorio, ocupa preferentemente las usinas nucleares, para neutralizar un ataque en marcha con armamento atómico, que debiera haber conocido el hijo de Biden, y con seguridad, si bien puede haber hecho entender otra cosa, no apoya Biden.
En cambio las independencias americanas fueron obra de Inglaterra con el propósitos de desafectarlas de España, para ello se valieron de San Martín y Bolívar, ergo fue una invasión, que debiera conocer el presidente de Ucrania, que con sus dichos no hace otra cosa que convalidar la ocupación Rusa.
Fernando VII lo entrega a cambio de su liberación, y en el caso de Argentina vinieron los setenta años de miserias, hasta la guerra de la secesión Norteamericana, cuando los ingleses derrotados en el sur buscan los granos y carnes de Argentina.
Con la presencia de Inglaterra Imperial en Argentina, se desató un interés especial en Europa, que generó la gran invasión de inmigrantes, tres de cada cuatro habitantes de Buenos Aires en 1880 eran europeos primero italianos, después los vascos, después los españoles en tiempo de su guerra, franceses, suizos, alemanes, rusos, ucranianos, griegos, árabes católicos, búlgaros, rumanos, armenios, croatas, belgas, holandeses, judíos muchos ingleses pocos y mas.
Esta es la matriz de lo que yo denomino la raza argentina, bien alimentada con carnes y granos, floreció tal como la conocemos. los escritores Martín Caparrós y Dalmiro Sáenz opinan en paralelo .
Una curiosidad adicional, a los españoles se les dice gallegos, salvo a los vascos a quienes se les dice vascos, y se considera que en Argentina hay mas descendientes de vascos que en España, a los italianos se les dice gringos, a los americanos yanquis, a los judíos rusos, a los árabes y armenios turcos, porque los primeros llegaron con pasaporte de Turquía.
El potencial de Argentina genera recelo en muchos países del mundo, que quiero corregir, porque se debe ver como un fenómeno de buenaventura desde que se consideran ciudadanos del mundo.