Mañana es Santa Rosa, es un clásico de la ciudad de La Falda, esperar la tormenta de ese día, no siempre se cumple, parece que este año así será, ya está todo preparado, con viento, frío y nublado. Pero no llovió.
Aproveche estos meses de vida recoleta con estudio y trabajo intelectual, como hago desde hace 33 años, antes con libros que me permitió poblar la biblioteca ahora con la computadora, cuatro horas por la mañana y otras cuatro por la tarde con tareas en el taller y el parque, mientras Elsa se ocupa de su quinta.
Con su segunda cosecha de Espinaca, así que hoy comemos costeletas de cerdo con la espinaca salteada con ajo, me acaban de informar.
Siempre tenía la curiosidad de saber la cantidad de milímetros de lluvia y construí un pluviómetro, a partir de la fecha se me puede consultar. Veremos cómo funciona. La boca es un poco más angosta que el cuerpo del frasco, por tanto exigirá un cálculo adicional para determinar la cantidad de lluvia caída.
En el fondo el limonero, ya con sus últimos ejemplares y casi sin hojas después de la helada.
Con el estilo que usan en Alemania y Austria construí esta central de temperatura y humedad, con dos termómetros uno de mercurio y el otro mecánico, y un higrómetro mecánico.
Salvo el frente que es de un reloj comprado por mi madre en Alemania, el resto es mío, todavía no le puse alpiste, pero ya llegará su turno cuando cobre la jubilación.
El piso de lajas debajo de la mesa amarilla fue el trabajo de hace algunos días. Sí que salió bien. Las piedras me las regaló Mario mi vecino que las había levantado en su casa y la arena mi otro vecino Raúl que le había sobrado de su obra.
Ya incorpore la Veleta, sólo me falta el de Presión Atmosférica
Siempre dije y sostengo que el trabajo intelectual se potencia con el trabajo manual y viceversa, y desde hace tiempo lo ejercito.
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