Powered By Blogger

martes, 16 de julio de 2013

LA BANDERITA

Subo al cerro La Banderita desde los seis años,  sentado en su cima he pasado largas horas extasiado por el espectáculo a diestra y siniestra, acariciado por el viento faldero que nuca falta.

Constituye el punto mas alto de muestro entorno montañéz  e identidad de nuestro pueblo que se encuentra a su falda.

Hace tiempo se realizó un camino que permitía llegar con vehículos, que no conozco en que estado se encuentra a la fecha.

Sería bueno incorporarlo como circuito turístico, ahora que se encuentra la posibilidad a partir del nuevo camino del cuadrado.




Me acompañan en la foto inferior, Pablo Benitez Llambay-Walter Boyajian-Iván Nieva-Alejandro Benitez Llambay-Ignacio Prina, estudiantes de segundo año de la Facultad de Matemáticas, Astronomía y Física de la Universidad de Córdoba, en momento de la partida hacia el cerro a los fines de realizar una observación nocturna del cielo, aprovechando la luna nueva y cuando se encontraban visibles los siete planetas. Septiembre 2007. Hoy todos graduados, Esparcidos por el mundo, los Benitez Llambay en Astronomía ambos con honores, el resto en Física, también alguno cum laude.

La Falda tiene un romance  con su cerro. La ciudad está  edificada en su falda,  y  el cerro tiene esta forma. Dilucidar que fue primero, el nombre  o la forma, es el dilema.
Algunos lo contemplan desde que nacieron  y los sigue emocionando. Esto es así, no constituye exageración; para percibirlo alcanza un mínimo de sensibilidad.
El cerro se denomina  La Banderita y constituye un desafío  para los habitantes del lugar. Ofrece dificultad  para convertir su  ascenso  en una conquista,  con la factibilidad de lo posible, sin mayor riesgo, un mínimo de transpiración y mucha emoción. Algo más de una hora para hacer cumbre, un par de horas para la contemplación y el tiempo restante para completar la excursión de cuatro horas, lo exige el descenso.
Desde la cima, se contempla un valle de sesenta kilómetros de extensión: cuarenta kilómetros a la izquierda que permite observar la ciudad de Villa Carlos Paz, Lago San Roque y otros siete pueblos, con absoluta nitidez conforme a la característica  diafanidad de la atmósfera serrana. Hacia el frente la ciudad de La Falda, su lago y una sucesión de cerros y quebradas de cuarenta kilómetros de extensión recién interrumpido por la cadena montañosa de Los Gigantes. Por último, a la derecha Huerta Grande, Villa Giardino y La Cumbre son los pueblos que completan el paisaje.  

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.