UNA VISITA DESDE EL SOL NACIENTE

  El embajador de Japón en la Argentina, Takahiro Nakamae, visitó este sábado el Hotel Edén de La Falda, lugar que alberga un capítulo especial en los casi 130 años de historia de relaciones bilaterales entre ambos países. Allí, a partir del 20 de abril de 1945 y durante 11 meses, fueron alojados como “prisioneros de lujo” funcionarios y familiares de la Embajada, luego de que el gobierno de facto de Edelmiro Farrell decretara el estado de guerra entre la Argentina, la Alemania nazi y el Imperio del Japón.

 “Este es un hotel que tiene muchos vínculos con la historia de las relaciones bilaterales entre Japón y Argentina. Hace 75 años este lugar albergó al embajador, funcionarios y familiares de la embajada, cerca de 35 personas, cuando la Argentina tuvo que declarar la guerra contra Japón y los atendieron muy bien antes de regresar. Por eso tenemos mucho agradecimiento a este predio”, señaló a la prensa Takahiro Nakamae.

El monte Fuji con una formación de nubes de características únicas, formación posterior a la visita del embajador al Edén Hotel de La Falda 

 En un viaje desde el aeropuerto de Múnich a Innsbruck en tren tuve la oportunidad de departir con un matrimonio japonés que realizaba una nueva visita a Europa, tal me dijo ser asiduo visitante.

La conversación duró cuarenta minutos, el en japonés y yo en castellano, porque su inglés era pésimo y el mío inexistente, pero cada vez que yo le decía algo abría y cerraba su teléfono celular avanzado pero con tapita, así que otros participaban del encuentro.

Entre las cosas que le señalé era que provenía de, Argentina, que tiene una población de japoneses provenientes de Okinawa, donde al final de la guerra  en mi ciudad La Falda habían recluido a japoneses.

Nada le dije que era amigo de Oshiro pero si del arquitecto Quiroga,  con quien habitualmente nos encontrábamos al tomar un café,  cuya esposa era secretaria de un diplomático japonés, el arquitecto que construyó la confitería Bon Con, con características de las construcciones japonesas.

Tampoco le dije que había propuesto a la ciudad de La Falda como Capital de la República Argentina, porque si bien ya lo tenía pensado no se habían dado las circunstancias que a la fecha me motivaron elevar la propuesta.

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El sábado cuando salí excepcionalmente para comprar el pan, quedé sorprendido por la cantidad de turismo que circulaba en la Avenida Edén, evidentemente existía una gran necesidad de hacer turismo en una gran cantidad de población. Ahora a esperar.