Comparto la tarjeta que me llegó hoy, que pertenece a la Madre Teresa de Calcuta, de apellido Boyajian
En nuestra ciudad todos de vacaciones en sus casas, por imprudencia de algún habitante que desparramó el virus en la urbe y nos mandó a la encerrona, que no es grave para los de la tercera edad entre los que me encuentro, siempre que se me compute con benevolencia porque tal vez ya pertenezco a la cuarta edad, pero sufren los comercios sin ventas y los padres sin regalos.
Mientras la pandemia no cede en su furor, vade retro civilización, antaño mandaban a las armas, hoy a la reclusión, de la que deberá surgir otra sociedad, con otros códigos, tal vez sin contacto entre las personas nos deberemos saludar como los japones a distancia y bajando la cabeza o como los indios juntando las manos y con una leve inclinación de las cabezas, el beso queda desterrado.
Mientras aprovechando la oportunidad del día de la bandera se produjo la gran movilización en contra de la intervención de la empresa Vicentín, ahora sólo intervenida, que a todo evento considero imprudente no por las motivaciones pero si por el conglomerado sin aislamiento.
Pararon los aviones, redujeron el tránsito automotor, los barcos atracados en los puertos y el calor no cede, espero que ahora se convenzan que el calentamiento no responde a causas humanas, como vengo sosteniendo.
Previendo un verano muy cálido se instalaron duchas gigantes publicas en Vilna, Lituania
Hoy 38 grados centígrados en el círculo polar ártico, créase o no. No va a quedar hielo ni para un Whisky in de rock.
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