Mire, mire las sierras, estamos recuperando la fronda perdida, verdes las laderas ya lucen como entonces en mi niñez, nuestra región ofrece características grandiosas en este tiempo, veremos hasta cuando.
Antaño las laderas estaban revestidas de montes que los sucesivos incendios lo extirparon, esperemos vuelvan a crecer.
La cadena de las sierras chicas están alineadas al E de la ciudad de La Falda, la imagen fue tomada con las últimas luces de la tarde que es preponderantemente rojo que con el verde de las plantas se convierte en el amarillo que vemos
Mi padre decía que hacen falta lluvias para que resurjan las vertientes, esto ha ocurrido, como nunca, ahora los arroyos traen agua como si fuera permanente, arroyos que atraían a los primeros turistas, y que gozamos los de entonces en El Chorrito o la cascada de Olmos en Huerta Grande.
Entonces las vertientes El Ojito en Huerta Grande, Las vertientes de Thea, que alimentaban los diques desde donde el señor Ferrarini llevaba agua a sus lotes de Valle Hermoso, la vertiente que surgía en el arroyo al lado del hotel El Prado, El Chorrito en La Falda, esperemos verlas renacer
El cambio se atribuye al Niño, fenómeno climático relacionado con el calentamiento del Pacífico oriental ecuatorial, el cual se manifiesta erráticamente cíclico, se dice en Wikipedia.
Mientras tanto los beneficios llegan a esta región.
El Niño es el El Niño en todos los idiomas, no se traduce, es como una universalización del castellano.
Agregado el 26-4-16
Pero además aprovecho la oportunidad para volver a hacer pública mi posición:
Soy un defensor del efecto invernadero al que considero antes un beneficio que un perjuicio por innumerables razones, entre la cuales que uno de los problemas de La tierra es la carencia de Carbono, fundamental para la vida no sólo de las plantas sino también para los humanos, pero no es el caso de discurrir sobre una tesis en este caso, sólo hago la mención como introducción a la siguiente noticia que viene a propósito de la presente nota
Mucho se sabe sobre las consecuencias de la cada vez mayor cantidad de gases de efecto invernadero acumulados en la atmósfera. Se estima que estos representan ya casi el 0,04% del aire que respiramos. Pero la cifra sería mayor si no fuera por la capacidad que tienen las plantas para atraparlo. Y son, precisamente, los vegetales los que se ven más beneficiados por los altos niveles de estos gases tóxicos en la atmósfera. Según un estudio publicado hoy en la revista Nature Climate Change, la Tierra ha ganado 36 millones de kilómetros cuadrados de superficie verde, el equivalente a tres veces la extensión de Europa o dos la de Estados Unidos, aproximadamente.
El estudio, en el que ha participado el CREAF, centro adscrito a la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), toma como referencia los últimos 33 años. Desde entonces, la biomasa terrestre ha aumentado en el 40% de la superficie de la Tierra, mientras que se ha reducido en solo el 4%. Y los científicos relacionan principalmente este crecimiento a las altas concentraciones de CO2, un potente fertilizante que se desconocía cómo había afectado a nivel planetario.
http://elpais.com/elpais/2016/04/25/ciencia/1461594503_011618.html
