El silencio para las zonas de turismo es money, si bien otros lo dicen al revés, que el ruido es dinero.
"El ser humano sueña con descansar en una playa desierta, o contemplar el
panorama de un lago en el silencio de la tarde, o caminar por el campo
en medio de la noche, cuando solo se escucha el canto de los grillos.
Llegamos a pagar miles de dólares para estar tranquilos en Aruba, o para
respirar el olor de la selva en Iberá, o para contemplar el majestuoso
chasquido del Glaciar Perito Moreno." dice Rolando Hanglin en un artículo del lunes 31 de diciembre del 2012 en el diario La Nación de Buenos Aires.
Por eso el ruido debe estar acotado, aquellos que necesiten aturdirse debieran hacerlo en los recintos cerrados.
Costoso fue para los habitantes de la ciudad la construcción del anfiteatro municipal, que se solventó con el aporte de un adicional en las tasas durante varios años, es menester se le de el destino que corresponde, propio de las sociedades civilizadas.
En modo alguno puede ser conducente hacer espectáculos a cielo abierto, cuando se cuenta con recintos apropiados para tal fin, y con una propalación que se escucha a dos kilómetros, cuando debiera estar destinada para los escasos doscientos asistentes a cien metros de distancias.
Claro es cierto que de las doscientas que se reunen a cielo abierto, que se detienen porque se encuentra a su paso, al anfiteatro irán veinte aunque sea gratuita, entonces debe ser porque no existe interés en tales espectáculos, se debe ser sincero y ético, destinemos los recursos para fines que beneficien a la ciudad y no subvencionemos artistas foráneos y sus concomitantes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.