Allí estuvimos con Elsa, Rieu a toda orquesta en Cortona, asistencia mayoritaria femenina, nadie menor de cuarenta años, salvo dos niños que acompañaron a la orquesta haciendo rodar sus automóviles de juguete a través de todo el salón durante la función.
En nuestro pueblo el Edén Hotel, es nuestro castillo, regocija participar de un evento en ese marco, es un deleite del alma.
Mientras en Cortona,el público mayoritariamente menor de cuarenta años cantaron y bailaron siguiendo la propuesta del director, tal como se pueden ver en el post anterior, los nuestros ausentes, triturados por las monas y el ruido del rock tienen muerta la sensibilidad para la música y los eventos con pretensión de excelencia.
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