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miércoles, 17 de octubre de 2018

UN BURRO RENGO

Ahora que ya estamos empezando a sufrir la dificultad para estacionar en el centro de la ciudad, se hace menester ocuparse del tema.

O tiempos o mores¡¡ cuando en la ciudad de La Falda transitaban sulkis y burritos, te acordás hermano que tiempos aquellos, el último que vi circular fue el de Francis Zanier, hace muy poco con su hija.



Los automóviles son un nuevo sistema de revestimiento, las ciudades se encuentran tapizadas de vehículos, logrado en cien años mas  o menos la quinta avenida de NY en el año 1900 era recorrida con tracción a sangre



En el año 1913 Ford eliminó el popo y el pipí de las calles reemplazando el relincho por el sonoro traquetear típico de sus motores.



Sólo resisten la evolución las monarquías como la inglesa que además no quieren abandonar la circulación por la izquierda.



Hoy quien carece de rodado padece una capitis diminutio social entre los que me encuentro, soy un careciente desde hace muchos años, y no lo sufro, antes disfruto no tener que atender las tantas exigencias que exige el automóvil, en parte por tradición, mi abuelo nunca manejo ni tuvo vehículo y se burlaba diciendo me voy a comprar un burro rengo.

Transitar por las distintas ciudades del mundo en automóvil es un suplicio, el costo de compra y el mantenimiento son muy bajos en Europa, todos al menos tienen un auto, la consecuencia me tocó padecerla en Roma en el trayecto del Aeropuerto al centro, y en Bahia un sábado a la siesta desde el centro al aeropuerto, en Madrid la complejidad es doble en la circulación y en el estacionamiento en las noches.

De todas formas no falta mucho, tal vez casi nada, para que los autos vuelen, por lo que habrá que preparar las casas con azoteas para estacionarlos.

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