Hace no mucho destaqué el excelente servicio de remises con que contábamos en la ciudad de La Falda, si así, en pasado, por cuanto la codicia llevó a desarticular el sistema con relojes imprecisos y tarifas pocos claras no controladas por la autoridad de aplicación, que han hecho en mi caso, como tantos muchos, abandone el uso del servicio, reemplazado por los colectivos urbanos.
He pensado en tomar contacto con algún miembro de la familia alemana Thurn un Taxis a los fines de que nos instruyan para instaurar un servicio alternativo con los viejos Sulkis caídos en desuso, que Juan Palomo podría recuperar y hacerlos tirar por los caballos de los Bazan, tal el modelo de Brandeburgo, de quienes fueron aparentemente los instauradores de la denominación Taxi adoptada en el mundo entero.
El paseo en Sulky fue un clásico de la ciudad de La Falda durante muchos años, los caballos aportaban un aroma característico con las deposiciones que realizaban al trote, que en la ciudad de Viena, tal he visto, lo tienen parcialmente solucionado con unas bolsas colocadas detrás del bruto, pero sin orinales, con los que riegan el contorno obligando a los aúrigas a tirar agua no siempre suficiente para mitigar el mal olor.
Un histórico coche de correos recorre un camino de Beelitz, en el estado federado de Brandeburgo. Tras la desaparición de los Correos Imperiales de Alemania, la familia de nobles Thurn und Taxis asumió el monopolio del transporte en coches tirados por caballos, entre 1806 y 1867. “Taxi” proviene del griego y significa “orden y orientación”, lo que necesitan el correo y los conductores de taxis.
