Hace 20 años que no tengo automóvil, camino diariamente 10.000 pasos, con ruta de ida en bajada placentera, el regreso en subida con equivalente a 20 pisos se hace pesado, pero se hace. No me explico como todavía se fabrican y venden coches con motor a explosión, tapizan el mundo con vehículos que en cinco años terminaran en el desguace.
Paré los últimos tiempos en un hotel en cercanía del aeropuerto de Barajas y con Elsa salimos a caminar para ver que tan lejos se encuentra el aeropuerto, así que conocía el camino cuando en el último viaje el avión llegaba tan temprano en la terminal mas cercana y el hotel no ofrecía Transfer así que decidí hacerlo a pie, algo beneficioso después de un vuelo de 12 horas. Grande fue la sorpresa cuando le dije a la recepcionista que venía a pie desde la terminal aérea, es la mitad de los recorro diariamente en mi casa señalé
Además ya dije no viajo mas, agotado de las exigencias y revisaciones y la edad me despido que otros padezcan.
PIEDRA GRANDE Y SU ATMÓSFERA
El paraje se llama Piedras Grandes, así en plural pero los locales dicen Piedra Grande, así por tanto lo denominaré a los fines de este post.
Poco queda del asentamiento, pero algunos todavía moran en las inmediaciones, entre quienes se encuentran los nativos familia Lujan, nacidos y criados en Piedra Grande, ya no se explotan las canteras de granito desde donde salían adoquines y los bloc para ser transformados en placas para revestimiento, abandonados a la fecha el hierro contenido se oxidaba haciendo perder calidad y belleza.
Una muestra se puede observar en el monolito del Rotary Club,en calle 9 de Julio y Bv. Eichorn, con puntos de óxido en la superficie.
Con don Lujan nos encontramos recientemente en un bar de la calle Meirovich sin conocernos con anterioridad, yo tomando un café y el apurando un cognac al café, hermosa conversación con alguien a quien no conocía y nos unía pertenecer a la misma generación, nacidos el mismo año, no se si me dijo cual era su nombre de pila tal vez mareado por mi café o su cognac no puedo recordarlo.
Personalmente en nuestro campo, que aún conservamos, de Piedra Grande pase largas temporadas veraniegas, galopando con la yegua Tobiana que teníamos para nuestro esparcimiento en la estancia Santa Rosa.
Nunca salió ningún presidente de Big Rock, pero si tal vez algunos caciques que dejaron sus fantasmas en las inmediaciones para vigilar y acariciar a los moradores y paseantes soplando ideas inaudibles e invisibles, y aportando a la atmósfera inigualable del lugar.

Este es el bochón que le da nombre al lugar, por eso prefiero en singular.